Montañas y guerras

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Aire libre
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Guerra

Las montañas siempre han jugado un papel muy importante en la historia de la humanidad. No solo son una parte del entorno, sino que además están profundamente arraigadas en nuestra imaginación. Las hemos otorgado un significado simbólico y las hemos considerado objetos de culto y obras de arte. Como son fronteras naturales, las montañas han sido desde siempre no solo lugares estratégicos sino también puntos de fricción entre países.

Por ejemplo, en las películas del oeste americano siempre vemos a vaqueros o a indios nativos americanos conduciendo a sus enemigos a través de estrechos cañones, como el Red Canyon (Utah) o el Jackson Hole, o descansando a los pies de la cordillera Teton. Las carreteras que discurren entre montañas son peligrosas pero a la vez fascinantes y, dependiendo de la situación, ofrecen refugio, sirven como escondite o ayudan a vencer al enemigo.

The Red Canyon, Utah
The Red Canyon, Utah

Una mirada al pasado

Pero los conflictos en las montañas no solo aparecen en las películas de Hollywood o de James Bond. Desgraciamente, muchas montañas permanecen en la memoria popular por haber sido escenarios de conflictos reales y de acontecimientos tan terribles como las guerras.

Si retrocedemos a la antigua historia del Imperio Romano, Aníbal fue el primero que utilizó unas montañas como lugar estratégico durante una guerra cuando cruzó los Alpes con su ejército. Fue entonces cuando Aníbal decidió pillar por sorpresa a sus enemigos atacándoles por la espalda. Pero, antes de su llegada a Roma, debería haber defendido a su ejército de otras poblaciones como los galos, y haber tomado una ruta menos transitada a una altitud menor para evitar un asalto por sorpresa.

Hannibal crossing Alps
Aníbal cruzando los Alpes

Sin embargo, se puede decir que el arte de las guerras en las montañas hizo su aparición mucho más tarde, durante la Edad Media en Suiza, cuando los monarcas europeos se dieron cuenta de lo difícil que les resultaba derrotar al ejército suizo, porque sus soldados estaban muy bien entrenados para contraatacar y sabían cómo aprovecharse de las condiciones del terreno montañoso.

¿Guerra en las montañas o guerra en terreno llano?

Pero ¿por qué las guerras que se desarrollan en las montañas son tan diferentes de las guerras que tienen lugar en terrenos llanos? Debido a las características particulares del entorno, los soldados que luchan en las montañas no solo necesitan enfrentarse al enemigo, sino que además deben luchar contra el inmisericorde clima, los terrenos escarpados y otras peculiaridades determinadas por las características propias del paisaje montañoso que requiere que los soldados estén entrenados de una determinada manera.

Esto nunca fue tan evidente como durante la Primera Guerra Mundial, la guerra más sangrienta y violenta librada jamás en las montañas. A partir de ahí, es cuando realmente se puede empezar a hablar de la existencia de guerras de montaña (también conocidas como guerras alpinas).

Aspectos básicos de las guerras de montaña

Por primera vez, lugares en los que nunca se había pensado como posibles campos de batalla se convirtieron en puntos de vital importancia, y los soldados fueron entrenados específicamente para resistir y luchar en las montañas. En cualquier país en el que las montañas eran una parte importante del territorio nacional, se constituían fuerzas militares alpinas. Primero se reclutaba a los soldados entre granjeros locales, pastores y gente que vivía en esas montañas porque ya conocían el terreno y sabían lo difícil que podía ser moverse en él. Después, se les empezaba a entrenar de una determinada manera. Un ejemplo evidente son los italianos Alpini, cuerpos de infantería alpinos que se instituyeron en 1872 durante la guerra francoprusiana y también intervinieron durante la invasión de Libia en 1911 y en la Primera Guerra Mundial. El equivalente austríaco y alemán de los Alpini son los Gebirgsjäger (cazadores de montaña), una sección especial de sus tropas de infantería. Otro ejemplo famoso son los Chasseurs Alpins en Francia, también conocidos como Les diables bleus o The Blue Devils, por lo que muchos monumentos que les conmemoran se refieren a ellos como Aux Diables Bleus o To the Blue Devils. Los cazadores alpinos se llaman Strzelcy podhalańscy en Polonia, Vânători de Munte en Rumania y Cazadores de Montaña en Argentina.

Alpine military forces
Fuerzas militares alpinas

Los estadounidenses también tenían su cuerpo de montaña. El ejército de Estados Unidos creó específicamente Camp Hale (Colorado, 1939) para entrenar soldados para guerras de montaña. Cuando terminó la guerra, muchos veteranos regresaron allíy se convirtieron en una parte importante de la creciente industria del esquí desempeñando el papel de guías de montaña, instructores y guías de esquí. También formaron clubs y fundaron revistas para aficionados a las montañas. Este es un bonito ejemplo de cómo el amor por las montañas superó finalmente el triste recuerdo de la guerra para convertirse en un himno al amor por las montañas.

Símbolos de los cuerpos de montaña

NA pesar de algunas características específicas, todos ellos comparten algunos elementos, principalmente el nombre, que significa “cazadores”, y la insignia, que normalmente representa la flor de nieve o edelweiss, una especie de flor endémica alpina, que se utilizan en combinación con otros símbolos. El símbolo tradicional de los cuerpos alpinos polacos incluye la flor de edelweiss y la cruz de la montaña, un símbolo con forma de esvástica muy popular en la cultura tradicional de las regiones montañosas polacas. Otro símbolo era la pluma que normalmente llevaban en el sombrero. Por otra parte, los alpinos italianos normalmente usaban plumas de cuervos, águilas o gansos, mientras que los alemanes utilizaban las plumas de un urogallo negro.

Senderos que se han conservado tras las guerras

Las guerras no solo son recordadas en los cuerpos alpinos gracias a canciones como la italiana Sul Cappello(En el sombrero), sino también en rutas de senderismo que siguen siendo accesibles hoy en día. La mayoría de los senderos y campamentos utilizados durante la guerra todavía están presentes en los Alpes italianos y suizos. De hecho, el frente de guerra original comenzaba en el Paso Stelvio (2757 metros), y pasaba por los grupos montañosos más elevados de los Alpes del este, como el Mt. Ortles (3,905 metros), el Mt. Adamello (3.539 metros) y el Mt. Presanella (3558 metros), descendiendo más tarde hasta el valle del Adige y los Prealpes del Adige y ascendiendo nuevamente hasta la cordillera Lagorai, Marmolada (3342 metros), los Dolomitas y los Alpes cárnicos, que cubren toda la Región Alpina.

Marmolada, the Dolomites,Italy
Marmolada, los Dolomitas, Italia

La ruta de las 52 galerías en el Monte Pasubio (2239 metros) es un excepcional trabajo militar que incluye largas galerías excavadas en la roca, que se extienden a lo largo de más de 6 kilómetros. Estas galerías fueron creadas para garantizar el suministro militar a las fuerzas italianas contra las tropas austrohúngaras.

Pasubio, Italy
Pasubio, Italia

La ruta de Kaiserjager en el Monte Lagazuoi (2778 metros) es una vía ferrata que recorre los lugares utilizados por las tropas austrohúngaras. Además, en la cumbre del Monte Lagazuoi, hay un museo al aire libre de la Primera Guerra Mundial. Es una ruta difícil que los principiantes que no estén acostumbrados a la montaña pueden evitar haciendo uso del teleférico.

Lagazuoi, the Dolomites,Italy
Lagazuoi, los Dolomitas, Italia

La Linea Cadorna, que se extiende a lo largo de la frontera entre Italia y Suiza, era una línea de fortificaciones creada por el general Luigi Cardona. Consiste en una red de caminos de herradura militares, trincheras, puestos de artillería, puestos de vigilancia, reductos, puestos de primeros auxilios, estructuras logísticas y centros de comando, algunos de los cuales se encuentran situados en la hermosa provincia de Varese.

También se pueden encontrar otras muchas rutas de este tipo en Lombardia, Trentino Alto-Adige y Veneto.

Sobre aventuras militares o cómo todo está permitido en el amor y en la guerra

Como mover personas y equipos en un terreno tan peligroso requería un conocimiento altamente especializado del territorio, era esencial tener un equipo específico y contar con una estrategia de guerra. La lucha contra el frío, las ventiscas y las heladas se volvió aún más importante que la lucha contra el enemigo. Especialmente durante el invierno, los combates se detenían casi por completo porque los soldados estaban demasiado concentrados en sobrevivir, asegurarse de que recibían los suministros adecuados y garantizar la comunicación con el valle. Además, también tenían equipos específicos para resistir el clima como ganchos de agarre, piolets, esquís, altímetros, cuerdas, etc.

Probablemente la aventura de guerra más temeraria fue la que llevó a cabo con un equipo mínimo y mucho coraje el uno de los generales más brillantes de Rusia. Su acción fue una de las hazañas más extraordinarias llevadas a cabo en los Alpes o en la historia de la guerra: una especie de Dunquerque de finales del siglo XVIII pero sin rescatadores. Como el escritor americano J. T. Headley dijo en 1845, a su lado la proeza de Aníbal era un “simple juego de niños”.

Suvorov había echado a las tropas de Napoleón del norte de Italia y, en el otoño de 1799, había recibido órdenes para marchar hasta Zúrich y unirse a las fuerzas aliadas para echar a los franceses de Suiza. Sin embargo, cuando llegaron al centro de Suiza, el ejército de Suvorov casi fue atrapado por los franceses. Después de unos feroces combates en el paso de San Gotardo, sus tropas estaban hambrientas, cansadas y casi descalzas.

Suvorov empezó a abrirse camino hasta el paso de San Gotardo, ldonde consiguió vencer a los franceses, pero las tropas se enfrentaron a un reto enorme cuando llegaron al llamado puente del Diablo (Teufelsbruecke), que es muy estrecho y cruza un rápido río de montaña, ya que el puente había sido gravemente dañado por los franceses. Cuando las tropas rusas, hambrientas, congeladas y sangrando después de cruzar el puente bajo el fuego francés, llegaron a un lugar llamado Altdorf, les esperaba otra sorpresa. No había ninguna carretera, sino solo dos senderos de montaña que incluso hoy en día solo pueden cruzarse con un equipo especial. El 1 de octubre de 1799, la mayor parte del ejército de Massena, que era dos veces más grande que el ejército ruso, lanzó un ataque. Sin embargo, el contraataque ruso fue rápido y tan feroz que los franceses fueron aplastados. El propio Massena estuvo a punto de no poder escapar e incluso un soldado lo tomó por el cuello y le arrancó una de sus charreteras. Los franceses fueron nuevamente derrotados y sufrieron grandes pérdidas. Suvorov logró romper el bloqueo con el 75% de su ejército. "Cambiaría todas mis victorias por la campaña suiza de Suvorov", dijo Massena más tarde. Así fue como Suvorov escapó del cerco al liderar un ejército de 20 000 soldados y 5000 jinetes cosacos que cruzó tres pasos alpinos en 10 días. Suvorov, entonces, tenía 70 años. Hoy en día, en Suiza, se pueden visitar seis museos a lo largo de esta ruta por la que marchó Suvorov con sus tropas.

Devil’s Bridge (Teufelsbruecke)
El puente del Diablo (Teufelsbruecke)

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Legado de las guerras de montaña en Estados Unidos

Las montañas no solo han sido el escenario de batallas entre países, sino también de luchas por la igualdad social y los derechos humanos, como el alzamiento laboral vinculado a la industria del carbón estadounidense, parte de las Guerras del Carbón, una serie de disputas laborales que tuvieron lugar a principios del siglo XX en los montes Apalaches. Un ejemplo es la batalla de la montaña de Blair (601 metros), en Virginia Occidental.. En este estado la industria del carbón ha sido siempre la fuente principal de trabajo, pero para los mineros el sistema era similar al feudalismo, ya que las condiciones sanitarias y de vida en las casas de la empresa eran pésimas y los salarios eran muy bajos. La batalla de la montaña de Blair fue el resultado de años de amargas disputas laborales entre los mineros y las empresas del carbón situadas al sur de Virginia Occidental.

Curiosamente, en América del Norte hay una bellísima parte de las Montañas Rocosas canadienses (conocida popularmente como los rangos de Victoria Cross)que conmemora el heroísmo de los veteranos canadienses. Dentro de los rangos de Victoria Cross, hay cinco montañas a las que se ha nombrado en honor de cinco personajes de la Primera Guerra Mundial relacionados con Alberta que han sido galardonados con la Cruz Victoria: Mt. Kerr, Mt. Kinross, Mt. McKean, Mt. Pattison, y Mt. Zengel. La Cruz Victoria, que fue establecida en 1856 por la reina Victoria, es el galardón más prestigioso y de mayor rango otorgado al personal militar de la Commonwealth británica. Los soldados a los que se les otorgó la Cruz Victoria mostraron un coraje excepcional al enfrentarse a sus enemigos durante la guerra.

Guerras de montaña en Asia y Oriente Medio

Después de la Segunda Guerra Mundial, se han librado otras batallas en las montañas, como la Guerra de la Montaña, un subconflicto que tuvo lugar durante la guerra civil del Líbano en el distrito montañoso de Chouf o la rebelión zapatista en el estado de Chiapas que tuvo lugar en la cordillera de Sierra Madre (3,354 metros).

Otro ejemplo, lejano tanto en el tiempo como en el espacio, es el de los yamabushi japoneses, que en un principio eran ermitaños de la secta Shungendō. expertos en artes marciales que vivían en las montañas. Sin embargo, al igual que las fuerzas militares alpinas, también fueron entrenados para resistir en las montañas. Por ejemplo, desarrollaron un particular modo de cocinar utilizando plantas de montaña. Originalmente, fueron entrenados para fines religiosos, pero participaron ayudando al emperador Go-Daigo en sus intentos de derrocar al shogunato Kamakura. Varios siglos más tarde, durante el período Sengoku (1467-1600), los yamabushi eran asesores de todos los aspirantes más importantes que pretendían dominar Japón.

Japanese yamabushi
Yamabushi japonés

Debido a su particular geografía, montañas de todo el mundo han sido centro de conflictos e importantes acontecimientos históricos relacionados con guerras y masacres. Sin embargo, incluso esos hechos sangrientos pueden verse como una consecuencia más del poderoso impacto de las montañas y el papel vital que aún tienen estas en la historia de la humanidad.

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